Mi propuesta para el Olivar Migrante se traduce en un proceso en el que se iría introduciendo poco a poco al espectador en el concepto, comenzando por la estructura (de almbres por ejemplo que remitiera a la estructura del olivo) para pasar a introducir el concepto de los embalajes (de ramas de árboles, maderas o rocas) y finalmente pasar a la acción con los olivos que iría por zonas de actuación y que emigrarían en estampida, con una persona dentro que lo transporte etc.
El concepto de la cáscara del olivar me parece muy interesante porque, como ocurre en la obra de Christo y Jeanne-Claude en la que se embalan edificios, puentes, rocas etc. mostrando su forma y estructura mediante cuerdas pero creando un nuevo aspecto, el olivo se compone de un envoltorio que da la forma del tronco pero también un nuevo aspecto y unas tiras que refuerzan el reconocimiento de la forma y estructura.
En cuanto a las marcas que pongamos para crear itinerarios y guiar a la gente, hay varias referencias como es el caso de la obra de Richard Long o Andy Goldsworthy.
El método que mejor define el trabajo de Richard Long es el derivado de la acción de caminar, despojándose de todo lo superfluo. En su obra no existe la idea de provocar cambios en el paisaje; simplemente deja su huella, una señal, que contribuye a manifestar el orden del mundo. En sus largas caminatas, Long mide el paisaje con sus pisadas y toma conciencia de lo que le rodea. El artista se detiene y deja una señal hecha de barro, agua, piedra o madera. La elección de la forma concreta –círculo, línea, espiral...-–es su respuesta intuitiva a la configuración de un espacio sentido.
En el caso de Andy Goldsworthy, también se crean marcas en el paisaje natural, con elementos naturales, que en este caso son más efímeras, están totalmente relacionadas con la naturaleza y el tiempo que transforman la obra a su antojo, convirtiéndose en un elemento más perteneciente a las obras.